viernes, agosto 29, 2014

HOTEL MARLOWE (Capítulo tres)



3. La habitación de al lado

La luz estaba apagada, y no conseguí adivinar nada de lo que podía haber allí dentro. Un olor acre y nada agradable flotaba en el ambiente. Nada bueno.
Busqué a tientas el interruptor, y cuando lo alcancé, mi dedo quedó cubierto de un líquido espeso y medio cuajado.
Sangre, claro.
Accioné la luz y me dispuse a ver algo sumamente desagradable.
Efectivamente, preferí no haber pulsado nunca ese interruptor. La escena que se presentaba ante mis ojos, ya curtidos en escenas tórridas y nada tranquilizadoras, no era la peor que había visto, pero se acercaba bastante a ella.
La cama estaba cubierta de sangre, cuyas salpicaduras alcanzaban la puerta del baño, el techo y parte de la pared junto a la puerta.
No se veía ningún cadáver que hubiera perdido tanto líquido, pero me daba la sensación de que lo vería pronto.
Un reguero de sangre, como si hubieran arrastrado un cuerpo, llegaba hasta la puerta del baño.
¿Otro cadáver decapitado?
A diferencia de Shantia, que no presentaba más herida que el cuello roto y del tipo del maletín, al que le faltaba la cabeza pero no había derramado ni gota de sangre, la pobre chica que estaba tirada de cualquier manera en la bañera había sido desangrada sin piedad.
Flotaba en un charco rojo que parecía que había salido de su cuello desgarrado. Obviamente, no era todo sangre, sino que el asesino había llenado la bañera con agua y la había dejado allí, como si estuviera desfrutando de su último baño.
¿Tres asesinatos en un mismo hotel, más o menos en el mismo periodo de tiempo y en habitaciones contiguas? Me gustaría creer en las casualidades, pero no lo hago.
De todas maneras, por mucho que me esforzara por entender qué había podido ocurrir, no veía ninguna relación entre lo sucedido en ambas habitaciones.
Dejé el cadáver tranquilo, para que lo examinaran después Doc y Felip, y salí a la habitación.
Intenté determinar cómo se habían producido los hechos e intentar adivinar donde encajaba todo esto. Tampoco reconocía a la chica, así que no trabajaba para la Casa de Elba.
No era raro. El Marlowe acogía a chicas de varias Casas, e incluso a las pocas independientes que trabajaban en la zona. Luego intentaría identificarla, pero mi prioridad ahora era determinar qué había ocurrido, quien había cometido estos asesinatos, y evitar que se produjeran más asesinatos.
Me acerqué a la puerta, y busqué un ángulo de visión que me permitiera controlar bien el escenario del crimen.
La habitación era idéntica a la otra, pero invertida. Es decir, estaba distribuida completamente al revés. Los baños de ambas coincidían pared con pared. No sabía qué podría querer decir eso, ya que los dos eran completamente independientes y no comunicaban entre sí. Al menos, que yo supiera.
Salí de la habitación y me dirigí a Narm, que vigilaba la puerta de la habitación donde estaban Doc y Felip. Quba me miraba con cara de saber que algo iba mal.
— Narm, por favor, dile a Doc que en la 105 tiene trabajo también. Otro cuerpo. Y con mucha sangre.
— Vaya, Felip estará contento. – Me contestó con una ligera sonrisa en la boca. Al ayudante de Doc le entusiasmaba la sangre. Seguro que disfrutaría, tras estar revisando una escena en la que no había ni gota.
— Quba, por favor, entra conmigo en la habitación.
La silenciosa mutante sonrió y, sabiendo que iba a encontrar algo interesante, me siguió hasta la puerta de la 105.

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